“En el año 2021 a mí se me invita a ser parte de este Consejo Asesor”. Natacha Pino Acuña, 46 años, ingeniera civil y desde 2019 rectora de la Universidad de Aysén, se refirió —en una entrevista telefónica con Ex-Ante— a la investigación abierta este mes por la fiscalía por eventual desvío de caudales públicos a la fundación Democracia Viva, ligada a Revolución Democrática (RD), en la región del sur.
¿En qué consistieron los cursos investigados por la fiscalía?
Son actividades que ocurrieron en el marco de nuestra escuela de verano del año 2022 y efectivamente se trabajó con la fundación Democracia Viva en 2 actividades muy concretas (…). Esa escuela de verano estaba enmarcada en el proceso constituyente, entonces estas actividades significaron, por un lado, una actividad enfocada a la participación ciudadana, que se llamó proyecto Pregunta Constituyente, donde en el fondo se interactuaba con la comunidad, buscando preguntas que encontraran respuesta en ese proceso y otra actividad para niños, niñas y adolescentes que se llamaba Maletín Constituyente.
¿En qué fechas se desarrollaron?
La escuela de verano fue en la semana del 24 al 29 de enero del 2022.
¿Fue un acuerdo directo o se licitó?
No, tú coordinas la actividad con quien va a participar y lo traes: se pagan los pasajes aéreos, el alojamiento y se desarrolla la actividad y regresan. No hay un contrato de por medio, nada de ese tipo.
¿Quiénes eran los talleristas?
La verdad no lo recuerdo. Eran 2 profesionales mujeres.
¿Cuánto gastó la universidad?
Aproximadamente un millón de pesos, puede ser. Es lo normal: el pasaje habitual de traslado y pieza compartida.
¿Hubo honorarios para Daniel Andrade?
No, jamás. Daniel nunca ha venido a ninguna actividad dentro de la universidad o con la universidad. Y no se le han pagado honorarios.
Usted también expuso con Andrade en la disuelta Convención Constitucional…
Tampoco es que hayamos ido a ningún lugar, me refiero físicamente. En el 2022, no recuerdo cuándo, fueron las audiencias públicas y, efectivamente, junto a Democracia Viva, la Universidad de Aysén participó en una comisión, creo que era la de Derechos Fundamentales, si no me equivoco, haciendo una propuesta de educación pública para la región de Aysén. Fue virtual.
¿Se conectó telemáticamente?
Telemáticamente, me conecté desde mi casa (…). Hicimos una presentación, no hubo honorarios, no hubo viajes, simplemente fue presentar de forma conjunta una propuesta respecto de cómo debería, o pensábamos nosotros que debería ser, y quedar plasmado en la nueva constitución, un sistema de educación público para la región de Aysén.
¿Fue integrante del Consejo Asesor de Democracia Viva como consigna la fundación en sus redes sociales?
Sí, efectivamente en el año 2021 a mí se me invita a ser parte de este Consejo Asesor de la fundación Democracia Viva, junto, diría, a casi 20 personas. Lo que ocurrió finalmente es que ese Consejo Asesor nunca se validó por el directorio, por lo tanto, sólo tuvimos un par de reuniones virtuales. La primera, de invitación, y luego alguna intermedia a propósito de analizar el proceso constituyente. Pero finalmente es un Consejo Asesor que nunca tuvo una validación ni una participación en la toma de decisiones.
La invitación fue entonces antes de que la fundación obtuviera su personalidad jurídica, el 25 de febrero de 2022. ¿La convocó Daniel Andrade?
En el año 2021 efectivamente fue Daniel Andrade.
¿Lo conoció a través de RD?
Era militante en ese tiempo y nos conocimos en ese espacio (…). Lo conocí cuando él era dirigente estudiantil en el año 2018 o 2019.
¿Cuándo dejó el partido?
Dejé de ser militante cuando asumí la rectoría.
¿Qué le planteó al invitarla?
Que por la experiencia le gustaría que fuera parte del Consejo Asesor para incorporar la visión de una universidad regional naciente, en una zona extrema.
¿Cómo presentó a Democracia Viva?
La fundación la presentó como un espacio para cultivar la participación ciudadana y la democracia, generar procesos abiertos, de conversación y reflexión respecto de los procesos democráticos de participación. Ése era como el foco para el cual se nos invitó: abrir esos espacios también en nuestras propias instituciones.
Ahora, usted estaba en el Consejo Asesor cuando se desarrolló el taller investigado. ¿Ve un conflicto de interés?
De ninguna manera, porque no hay traspaso de recursos, porque de hecho pertenezco a otras fundaciones, donde siempre trabajamos de la mano. Entonces no hay nada ahí que pueda ser conflictivo (…). Además, es ad-honorem. Siempre que uno participa en estos espacios no hay tampoco honorarios de por medio, es simplemente que uno, desde la experiencia que tiene, cree que puede aportar.
¿Cómo recibe la investigación de la fiscalía?
Uno siempre tiene que estar dispuesto a transparentar y a mostrar cómo ocurrieron las cosas. Creo que no hay nada en lo que hemos trabajado desde la universidad que no sea transparente, que no sea probo, por lo tanto, nada. Hay que estar dispuesto, disponible, a entregar toda la información. Tenemos todo preparado. Pero hasta el día de hoy no nos ha llegado la solicitud de información.
¿Por qué permanece en el Consejo?
A propósito de esta situación varios de los que estábamos nombrados consejeros preguntamos cómo renunciar, pero en realidad no hay nada a qué renunciar, porque nunca se formalizó (…). (El cientista político) Juan Pablo Luna fue el primero que comentó y explicitó que este consejo nunca ha existido como tal.
Luna dijo que se contactó en junio con Andrade para oficializar su renuncia. ¿Ha hablado con el presidente de la fundación?
No, no hemos estado en contacto con él hace mucho tiempo, desde que se inició todo este conflicto.
¿Tuvo antecedentes de irregularidades como el traspaso de $426 millones desde la Seremi de Vivienda de Antofagasta que hizo estallar el caso?
No, de ninguna. De hecho, nada de lo que se está investigando o hablando o lo que ha aparecido nunca fue tema en el Consejo, en esas 2 reuniones que tuvimos en forma virtual. Esos espacios eran más de reflexión política (…). Es bien sorprendente, porque de alguna forma no es el espacio al que se invitó a ser parte ni las actividades a las que se te invitó a ser parte.
¿Se siente traicionada?
Traición, no, porque no son los espacios para sentirse traicionado, pero uno se decepciona y algunas veces también, con el firme propósito de colaborar, confía en organizaciones, como en este caso fue así. Es una confianza genuina cuando te plantean un tema que te parece relevante, como avanzar en participación, en democracia, en abrir espacios de reflexión y que finalmente terminan ocurriendo cuestiones que ni siquiera sabes por qué ocurren, que son de otro ámbito, de otra naturaleza. Efectivamente ahí hay decepción, hay sorpresa y, bueno, hay que afrontarlo.
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