-¿La crisis en educación se ha profundizado con la gestión de Nicolás Cataldo (PC)?
-La gestión ha sido muy deficitaria. Para analizar al ministro Cataldo, es fundamental mirar hacia atrás: las propuestas de campaña del presidente Boric incluían condonar el CAE, reparar la deuda histórica, la educación sexual integral, ampliar la gratuidad y solo en quinto lugar, recuperar los aprendizajes aplazados por la pandemia. Lo que da cuenta de una propuesta muy capturada por grupos de interés y muy alejada de las necesidades reales del sistema educativo. Cuando se inicia el gobierno, el problema les explotó en la cara y no supieron qué hacer.
-¿A qué grupos de presión te refieres?
-Me refiero al gremio del colegio de Profesores y a ciertos grupos que presionan por la condonación universal del CAE. Esos dos grupos están claramente capturando parte importante de la agenda del Ministerio de Educación y desvían la atención de lo más relevante.
-El subsecretario Víctor Orellana le puso fecha al fin del CAE, durante “la primera parte” de 2024 . ¿Es una política pública acertada?
-Chile ha tenido un sistema de crédito que puede ser perfeccionado, pero que ha sido útil para los alumnos. Se podrán discutir mejoras al modelo; sin embargo la condonación universal de los créditos es una política equivocada, muy regresiva. Y evidencia una distorsión en las prioridades.
-En estas últimas semanas, ha estado en discusión el funcionamiento de los SLEP (Servicio Local de Educación Pública). ¿Podría desencadenar una especie de colapso del sistema?
-Como se ha visto en Atacama, esa ley tiene graves problemas de diseño que fueron advertidos por quienes participamos en el debate en su oportunidad y que no fueron considerados por quienes promovieron la reforma.
-Algunos lo han comparado con el Transantiago. ¿Es una comparación válida?
-Es una manera gráfica de explicar una reforma muy ambiciosa, que tiene dificultades serias de implementación y que afecta a mucha gente. Eso es lo que ocurrió con el Transantiago. Y en el caso de la educación pública pasa algo similar. Es una reforma muy ambiciosa, que tenía problemas de diseño originales, que no fueron advertidos por quienes impulsaron la reforma. Son comparables en ese sentido el SLEP y el Transantiago.
-¿Cuáles son los principales problemas de diseño del SLEP?
-Primero, la transición: los municipios tienen que entregar la educación a los nuevos servicios y por lo tanto no tienen incentivos para mantener la infraestructura o la calidad de los proyectos de la mejor manera posible, porque se desprenden de una responsabilidad.
Segundo, la idea de que nuevos órganos del Estado reemplacen a los municipios sin haber modernizado el Estado y sin haberle entregado a esos órganos estatales una capacidad de gestión. Se hizo crecer el aparato estatal, pero sin corregir los problemas de la administración estatal.
Y lo tercero tiene que ver con lo fundamental, que es darle más autonomía a las escuelas, cuestión que no ha ocurrido en la educación pública y que podría ser una vía de solución.
-Para algunos analistas, el ministro Cataldo quedó debilitado con la negociaciones en el Congreso. Y algunos ya hablan de una acusación constitucional. Hace un tiempo declaraste que la acusación constitucional era el último ratio en política. ¿Es este el caso o no?
-Lo que el país espera es que el gobierno haga de la educación una prioridad. Espero que el ministro Cataldo tenga la posibilidad de imponerse para desplegar una agenda de esas características. Ahora, yo no soy partidario de acusaciones constitucionales si no se dan todas las condiciones específicas para que eso ocurra.
-¿Cómo evalúas el manejo político de Cataldo?
-Le tocó heredar un ministerio que ya venía con serias falencias. Es ciertamente difícil recuperar el control de la agenda. Pero, ha perdido oportunidades de ser muy claro en identificar cuál va a ser el foco de su gestión. Y también ha perdido oportunidades de desmarcarse de ciertos grupos de presión que han ido capturando la agenda. Si él se desmarca de los grupos de presión, puede concitar apoyo.
-¿Qué te parece la salida de Jaime Veas por esta crisis y la llegada de forma subrogante de Rodrigo Egaña? ¿Consideras que es un buen nombre?
-La Dirección de Educación Pública tenía serias carencias de gestión. Parece razonable que quien estaba a cargo asuma cierta responsabilidad. Quien lo reemplace, que sería Rodrigo Egaña, tiene que poner el foco de su labor en gestionar con velocidad e identificar cuáles son los problemas de diseño que tienen que ser corregidos.
Como Rodrigo Egaña conoce el sistema porque ya participó de eso, espero que él esté en condiciones de identificar rápidamente esas falencias y lograr que se corrijan; porque si eso no pasa, lo de Atacama podría eventualmente replicarse en otras regiones.
-Tras las conversaciones del Gobierno con el Congreso, seis SLEP que recibirían colegios en 2024 se suspenderían. ¿Es buena idea esta “pausa” para no repetir lo que le pasó a 30.000 alumnos sin clases durante 70 días en Atacama?
-Ante la falta de ideas, la pausa parece ser una solución, pero lo que uno esperaría es que el Gobierno entregue propuestas para solucionar el problema. La pausa es una alternativa ante la falta de soluciones concretas. Si no hay ninguna respuesta sobre la mesa, la pausa puede ser interesante. Pero refleja la falta de respuestas del gobierno en esta materia. Si el Gobierno tuviese claridad de cómo solucionar el problema, habría promovido esas soluciones y no la pausa.
-Hablabas del Colegio de Profesores, ¿cómo observas el regreso de Mario Aguilar como presidente electo?
-Da cuenta de una cierta endogamia que hay en el gremio. Sale elegido con pocos votos, del orden de 3.000, de un total de 15.000 personas que votaron y de un universo de profesores que bordea los 250.000. La reelección o vuelta de Aguilar a la presidencia da cuenta de una captura del gremio por personas que se repiten, que no tienen propuestas originales. Y el hecho de que tan poca gente haya votado también da cuenta de un distanciamiento de los profesores respecto de la acción de Aguilar.
Con citas del ex Presidente Sebastián Piñera apelando a la unidad y con una intervención de Cecilia Morel, recordando el anhelo de él de una alianza amplia, desde Chile Vamos a Demócratas, Amarillos y el PDG, la noche de este miércoles se homenajeó a Piñera a un mes de su muerte.
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