Una estrategia puesta a prueba. En estas elecciones se da la paradoja de que Chile Vamos, la coalición de derechas que está en el poder, tiene un candidato presidencial independiente que ideológicamente no es de derecha; los profundos cambios políticos y sociales de los últimos años junto a la mala evaluación del gobierno la llevaron a optar por una especie de “outsourcing”, buscando una figura capaz de apelar también al voto centrista progresista que podría votar por él en una segunda vuelta para frenar a la externa izquierda.
Rechazo a las políticas transaccionales. Para la derecha tradicional, que hoy se siente violentada por la hegemonía política y cultural que ha alcanzado la izquierda más dura, el estilo categórico y su discurso sin dobleces ni genuflexiones a lo que denominan “políticamente correcto” resulta irresistible. Ven en Kast a un candidato que los defiende y representa ante lo que aparece como la conquista de Roma por la izquierda expresada hoy en la Convención Constitucional y en la candidatura del Apruebo Dignidad.
El voto de centro. El “fenómeno” Kast puede llevar al desmoronamiento de la premisa fundacional de la candidatura de Sebastián Sichel, quien, dando por descontado que contaría con el voto de la abrumadora mayoría de la derecha, se ha distanciado de ella para ir tras el voto de centro.
La primera intervención del gobierno no solo fue ciega a lo sucedido en la Cámara sino que estuvo caracterizada por una serie de errores técnicos que una reforma como esta no se puede permitir. Si en la Cámara se tramitó completamente sin ningún dato que sustentara la propuesta, en el Senado no se puede permitir […]
El Presidente ha enmudecido. Ni siquiera el formal pésame dirigido a su esposa e hijo de 6 años se ha escuchado. Si no se llega a la verdad, los autores del crimen se sentirán seguros y envalentonados para seguir operando en Chile, quizás ya no contra disidentes venezolanos sino contra periodistas, jueces, fiscales y políticos […]
Fue el diputado Gonzalo Winter quien planteó que el Gobierno de Gabriel Boric carece de una vocación de transformación cultural, sometiéndose a la lógica de los acuerdos. Poniendo nada más ni nada menos que a Javier Milei como referente de un modo de acción política que maximiza idearios. ¿Sorprenden las declaraciones de Winter? No. ¿Sorprende […]
Winter acierta en el diagnóstico, pero no en las causas ni en la responsabilidad que la retórica, de la que tanto abusan, juega en esta situación. Son ellos mismos, más que los medios de comunicación o los gremios, como sugiere el diputado, los responsables de su propio fracaso.
Se ha creado el vergonzoso precedente de que, en territorio chileno, todo es posible. Ello levanta una inmensa interrogante sobre la real capacidad del Estado para defender la soberanía nacional, garantizar la seguridad pública e imponer el respeto a la ley. Son demasiados los signos de vulnerabilidad de Chile.