El analista político Carlos Correa Bau, que vivió en La Habana de 1974 a 1990, analiza las protestas que surgieron en Cuba este domingo, consideradas las mayores desde el triunfo de la Revolución Cubana desde 1959. Y afirma que el mal manejo del presidente Díaz-Canel, sumado a las penurias de la población cubana, puede llevar al PC cubano y a las FFAA a deponerlo y convertirlo en el perfecto culpable para mantener las bases de la dictadura castrista.
Protestas inéditas. La Habana es probablemente la ciudad que mejor conozca en mi vida. Llegué a Cuba en brazos de mi madre poco después del golpe del 73. Viví casi toda mi vida en el popular barrio de Alamar, zona de obreros y migrantes, por donde también pasaron Mario Benedetti y Gente de Zona.
- Dejé la Isla en los 90, en pleno Período Especial mientras cursaba segundo año de Licenciatura en Matemáticas en la Universidad de la Habana. Tuve la suerte de estudiar en Mártires de Humboldt7, uno de los colegios de excelencia en Cuba, donde entré mediante una prueba de selección.
- Este domingo en grupos de Whatsapp de cubanos alrededor del mundo empezaron a circular las imágenes de protestas en la ciudad de San Antonio de los Baños. No es primera vez que surgen videos similares, pero siempre hasta ahora sido un grupo pequeño, que era rápidamente reprimido.
- Pero esta vez parece distinto, los videos los vieron los propios cubanos con los smartphones que han conseguido de sus familias fuera y la reciente ampliación de la red a 4G. A las protestas en San Antonio, siguió Palma Soriano en la revolucionaria provincia de Santiago de Cuba, Cárdenas, y rápidamente barrios populares en la zona este de la habana como Regla y Cojímar. El coro de los manifestantes que se ve en los videos es “Libertad”.
- Si bien ha habido un par de crisis de ese tipo, Fidel Castro, con su presencia y habilidad, logró evitar que tambaleara al gobierno. En el año 1980, un grupo de cubanos se tomó embajadas para presionar por permiso para irse del país. Después de meses de agitación, el gobierno permitió la salida por el puerto del Mariel, haciendo la trampa de colocar, en los mismos barcos donde opositores abandonaban el país , a criminales connotados, como narra la película Scarface.
- Una protesta por hambre en el 94 terminó con el propio Fidel Castro subido a un jeep militar hablándole a los manifestantes en el Malecón. Si en algo están de acuerdo hoy todos los cubanos, partidarios o detractores del régimen, es que el Presidente Díaz-Canel no tiene ese tipo de capacidad para manejar crisis.
La crisis. A la salida de Raúl Castro, la cúpula prefirió un burócrata de carrera, muy dado a la buena comida y los relojes caros, sin carisma que opacara a los Castro. Díaz-Canel hizo una reforma monetaria para terminar con el CUC, la moneda que ocupaban los turistas, pero en vez de fortalecer el peso cubano, lo debilitó, limitando el acceso a bienes que pueden pagarse con dicha moneda. Para hacer aún más difícil la vida de los cubanos a pie, restringió el pago en dólares en el mercado nacional.
- También lo debilitó la represión ante las manifestaciones del movimiento San Isidro, quienes estuvieron en un inicio dispuestos a conversar con los funcionarios del Ministerio de Cultura. A diferencia de Fidel Castro que aplicaba el principio de no tocar a los artistas y dejarlos jugar con la cadena sin tocar al mono, Díaz-Canel optó por encarcelarlos con publicidad. La respuesta de artistas internacionales y la difusión de la canción Patria y Vida – en contraposición al lema castrista “Socialismo o Muerte”- encabezada por Gente de Zona significó una derrota moral del gobierno.
- Ante la crisis del Covid centró sus esfuerzos en desarrollar vacunas nacionales acompañado de un aparato propagandístico que mostraba a Cuba como el único país que podía manejar por si mismo la pandemia. En la emergencia sanitaria rechazó un canal de ayuda humanitaria bajo el pretexto que era propaganda enemiga.
- El enojo por los problemas de atención médica en un país acostumbrado a recibirla siempre gratuita y de calidad, con las dificultades alimenticias de los cubanos – sumado todo eso a una crisis eléctrica con apagones de hasta seis horas diarias- llevaron a este estallido que prendió como pólvora. Y el evidente hastío, sobre todo por parte de la juventud, por la falta de libertades democráticas.
- Al igual que acá y en Colombia a esta hora las protestas no son solo por la situación económica, con la diferencia que Chile y Colombia son democracias con canales institucionales para buscar soluciones y no una dictadura como Cuba .También tienen mucha fuerza en las protestas los jóvenes, que saben de Fidel Castro por los libros de historia, a diferencia de mi generación educada para alabarlo en vida.
- La crisis también se explica por EEUU, pero no por el bloqueo o por Trump, sino por Obama, que suspendió en uno de sus últimos actos como gobernante la llamada política “pies secos, pies mojados”, que permitía a los cubanos que arribaban a EEUU acceder rápidamente a residencia y permiso de trabajo. Eso restringió la válvula de escape del régimen de aplacar el descontento con la inmigración, práctica que imitó la dictadura de Maduro en Venezuela.
El perfecto culpable. Díaz-Canel en un discurso en televisión, transmitido en directo por Telesur TV, volvió a los éxitos de la vacunación y culpó a agentes extranjeros de las protestas. Y en un acto sorprendente por lo peligroso llamó a los militantes comunistas y los partidarios del gobierno a salir a la calle a atacar a los manifestantes.
- Cualquiera que conoce la historia de Cuba sabe el fuego que desató Díaz-Canel con su llamado. El historiador Hugh Tomas, autor de una gran historia de la Isla y a quien robé el título de esta columna, dice que los cubanos consideran la contienda, incluso armada, como el método de solución de sus problemas.
- Todo para los cubanos es al mismo tiempo burla (choteo como dicen) y contienda ideológica, como esos dos viejos que vi en un café en Little Habana casi al borde del enfrentamiento al discutir que año el estadio más importante de La Habana había pasado a llamarse Latinoamericano o aquella funcionaria de turismo en la Habana reírse de mi porque había perdido las elecciones en Chile.
- “Aquí nadie pierde porque tenemos candidato único”. Un llamado del Presidente a enfrentarse entre cubanos en las calles es darle candela al macao como dicen en Cuba.
- Díaz-Canel parece ser el perfecto culpable para una solución a la crisis que mantenga el sistema. Llama la atención que su llamado a combate no fue el titular del Granma, el órgano oficial del partido. También el silencio de las FFAA, que tienen plena capacidad operativa para controlar el orden en Cuba.
- Las imágenes que hay muestran a sus tropas de élite manejando las manifestaciones con cuidado y optando por retirarse ante las piedras e insultos. No es descartable un golpe como el que en su momento dieron en Polonia sus militares con Jaruzelski a la cabeza.
- No hay en la sociedad civil cubana un Lech Walesa o similar que pueda conducir el proceso postcomunismo. Tras la caída del gobierno podría caer la isla en la anomia como pasó después de la caída de la dictadura de Gerardo Machado en los años 30.
- Un futuro gobierno con apoyo del Partido y las FFAA podría negociar una solución humanitaria que evite una oleada migratoria y de más espacio a la sociedad civil cubana y al sector privado, agobiados hoy por la represión y la ineptitud económica. Una solución, obviamente, a la medida del sistema castrista, que no pasa por establecer un régimen democrático en la isla.