Fuera de los mencionados, de esa inmensa bodega que es esta popular plataforma de streaming, escogí cinco interesantes títulos: algunos los habrán visto y saben que vale la pena revisitarlos; otros puede que a algunos de ustedes se les haya pasado.
Delicada y entrañable película que transcurre en el pequeño pueblo costero de Hardborough, Inglaterra, en 1959, filmada con tomas largas, imágenes imponentes e interiores cuidadosamente diseñados. Un drama contenido, de diálogos cargados de sutiles ironías, humor inteligente.
En ese lugar encantador y bucólico, Florence Green (Emily Mortimer, Matchpoint ), una mujer aún joven, que ha quedado sola desde que su marido murió en la guerra, decide abrir una librería. Allí, en un pueblo donde no lee nadie, excepto el ermitaño de la comunidad, Edmund Brundish (Bill Nighy, Love Actually). Pero es su sueño: con su marido se conocieron en una librería en Londres y uno de los ritos gozosos del matrimonio era leerse el uno al otro trozos de novelas o poesías. Se las arregla para refaccionar una vieja casona.
La poderosa y distinguida Violet Gamar (Patricia Clarkson, House of Cards, The Party), una arpía de aspecto y modos refinados, tiene otros planes para esa derruida casona. En este eje se construye la tensión dramática: la pulsión por el poder de Violet colisiona con la fuerza de los sueños de Florence.
Por cierto, la película es un bocado para los amantes de los libros. Emociona ser testigos de cómo lectores más o menos corrientes, pero voraces, como Mr Bundish o la misma Florence, descubren autores “emergentes”: Bradbury, Nabokov, Graham Greene. Una delicia los comentarios mordaces de Bundish, su especialidad.
LA LIBRERÍA (The Bookshop)
La cámara se detiene en primeros planos para luego abrirse al extasiante espectáculo de la naturaleza silenciosa y en paz, que es interrumpido por ruidos de helicópteros que se van acercando.
Los también llamados cimarrones -declarada especie protegida en EE.UU.- son arriados desde el aire para luego ser transportados en camiones a corrales ubicados junto a una prisión en un sector rural de Nevada. Todo ello forma parte de un programa de rehabilitación social al que pueden optar los reclusos.
Myles, un viejo tosco y experimentado (Bruce Dern), dirige a un grupo de “domadores” que deberá dejar aptos a los animales para que sean adquiridos en una subasta. Roman Colman (Matthias Schoenaerts) es un convicto violento, un hombre duro y desesperanzado que mira silencioso y con ira contenida a la sicóloga que lo entrevista. Una rabia que nace de la profunda frustración que lo inunda.
Coleman es incluido en el Programa y pronto Myles se da cuenta que es el hombre preciso para hacerse cargo de un cimarrón rebelde, al que nadie se le acerca. Bajo la supervisión del entusiasta Henry (Jason Mitchell), Coleman se inicia como domador.
Difícil tarea: ciertamente hombre y animal se parecen, resienten la rabia y la desesperación por el encierro, pero si Coleman pretende controlar al caballo, primero tiene que controlarse él, tener paciencia, como le indica Henry. Y precisamente es su pobre control de impulsos lo que tiene a Coleman en ese lugar, con la vida destruida.
En su opera prima, la francesa Laure De Clermont-Tonnerre luce una sorprendente habilidad en el manejo de cámaras en ese siempre asfixiante y tenso ir y venir interior-exterior, en las complejas tomas jinete-caballo. En medio de este entorno violento, la directora construye y captura escenas de una emotividad exquisita. Mientras, va elaborando un acabado estudio de carácter de este hombre y su reflejo, su caballo.
THE MUSTANG
Esta dolorosa película de los realizadores húngaros Kornél Mundruczó (White God) y Kata Wéber (guionista) le significó la Copa Volpi en Venecia a su protagonista, Vanessa Kirby (Princesa Margarita en las primeras temporadas de The Crown).
Como pocas veces de manera tan cruda y cercana, una cámara intrusa nos mantiene 23 minutos, en un plano secuencia, como voyeristas del proceso de una tragedia, recorriendo pasillos de una casa amorosamente preparada para el más esperado de los acontecimientos. Martha (V. Kirberg) ha decidido, junto a su pareja, Sean (un irreconocible Shia LaBeouf) tener un parto en casa. Cuando llega el momento, la matrona con quien se han preparado no puede llegar y envía a una sustituta. La recién nacida alcanza a vivir unos segundos.
Lo que sigue es la desintegración de la familia que han formado Martha y Sean, y el enclaustramiento interior de ella, que continúa su vida ensimismada, en un extravío mudo. A poco andar, su madre, Elisabeth (Ellen Burstyn) se erige como el personaje que ha determinado muchas de las decisiones de Martha; y lo ha hecho exactamente en el sentido opuesto al que su dominante madre hubiese querido.
Elisabeth carga sus propios traumas y los ha proyectado en su hija, y ahora lo hace con vehemencia, entre otras cosas, buscando que la matrona pague por la muerte de su nieta.
Martha es una mujer fragmentada, pero ya lo era antes de la tragedia y la clave está en su relación con su madre.
FRAGMENTOS DE UNA MUJER (Pieces of a Woman)
Envuelta en una historia hightech sobre Inteligencia Artificial -con un lujoso despliegue arquitectónico y de diseño- Ex-Machina es una de las películas más inquietantes y cuestionadoras sobre la condición humana.
Caleb (Domhnall Gleeson), un joven programador en una gran empresa tecnológica en Nueva York, gana un premio: pasará una semana en la mansión del fundador de la compañía, el solitario y enigmático Nathan (Oscar Isaac), situada en una inmensa hacienda rodeada de bosques, cascadas y riachuelos, a la que será conducido en un nada breve viaje en helicóptero.
En este entorno solitario y paradisíaco, la rústica y más bien pequeña entrada de madera desconcierta a Caleb. Una voz le invita a acercarse y por una ranura recibe una tarjeta con la que ingresa. Ante sus asombrados ojos se abre una inmensa construcción en diferentes niveles -nunca acabamos de verla en su totalidad- con amplios espacios, escaleras, ventanales, terrazas y muchos subterráneos de impecable decoración minimalista.
Ex Machina bebe de una tradición por la que han circulado desde Metrópolis y Frankenstein a Blade runner, incluyendo Matrix y hasta 2001: odisea del espacio. Los «entes» creados por el ser humano, el Golem (el mito de la creación de vida por parte del hombre).
A ritmo de thriller, Ex Machina es una película existencial que se pregunta sobre los límites del sueño de los hombres de ser dioses, demiurgos. La omnipotencia y soberbia con que se mueve Nathan es su pecado original: él y su privilegiado intelecto no necesitan de nadie para vivir. Algo de ello se asoma también en Caleb, sólo que en versión naif y más bien embrionaria. (Mientras Nathan cita a Pollock, Caleb hace lo propio con Oppenheimer).
EX-MÁQUINA (Ex-Machina)
“Tenemos 180 minutos para volver a empezar. ¿Qué hacían usted y la difunta en aquel hotel?”. Con esta exhortación directa, imposible de eludir, arranca Contratiempo. El Interpelado, Adrián Mora (Mario Casas) ha sido, en un pasado reciente, un emprendedor exitoso y premiado, que hoy se enfrenta a la acusación de haber asesinado a su amante, Laura (Bárbara Lennie).
Quien lo interroga, en su solitario departamento de Barcelona, es una abogada, experta “preparadora de testigos”, Virginia Goodman (Anna Wagener). Con la habilidad de un prestidigitador Oriol Paulo va desperdigando, a lo largo de los 104 minutos de metraje, ciertas piezas claves de una manera tal que pasan inadvertidas: las pistas siempre han estado allí, pero no al centro del foco.
Como en Rashomon , de Kurosawa, o Tiempos Violentos o Jackie Brown, de Tarantino, los hechos irán variando según quién va desgranando el relato. Contratiempo parece un desafío perfecto para guionistas -profesionales y aficionados- que pueden jugar a aguzar el ojo buscando la pieza que no calza.
Puede que la trama les llegue a parecer rocambolesca, pero todo el relato es plausible. Muy al estilo Hitchcock, por lo demás (hay varias secuencias inspiradas en La Ventana Indiscreta). Tenso y absorbente thriller policial, construido como un perfecto puzzle, un juego de muñecas rusas, en una narración que va y viene en el tiempo.
CONTRATIEMPO
(DATO: de Oriol Paulo también está Durante la Tormenta).
Netflix: 5 películas para no olvidar (parte 2). Por Ana Josefa Silva
Para saber qué ver en cines y por streaming, no te pierdas el recomendado semanal de Ana Josefa Silva en Ex-Ante.
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