-¿Qué tipo de oposición van a ser cuando se juegan teman tan relevantes como las reformas tributaria, de salud y previsional?
-Nosotros llevamos varios meses conversando con el gobierno en un diálogo de buena fe y la verdad es que la reforma tributaria en lo sustantivo, no se ha modificado en nada. Y sigue siendo contra el sentido común. Tampoco se hace cargo del mal momento económico y de hecho solo puede profundizar la crisis actual.
La reforma de pensiones pierde el foco y se enreda en una refundación del sistema e insiste en poner en duda la propiedad de los fondos. No hemos visto en la práctica voluntad real para poder hacer cambios profundos a reformas que además fueron rechazadas en el último plebiscito.
-En la reforma tributaria, ¿qué punto es clave para ustedes para poder avanzar?
-Creo que espanta la inversión. Más allá del eslogan del impuesto a los súper ricos, este tipo de medidas lo que puede hacer es que las personas elijan otros lugares donde hacer inversiones.
-Y de la reforma previsional, ¿te importa que se acaben las AFP? ¿Cómo podrían reemplazarse?
-Yo creo que da lo mismo el color del gato, si caza ratones. El nombre es absolutamente irrelevante, las AFP efectivamente tienen que hacer cambios profundos. Me hubiese gustado mucho que la industria hubiese advertido los problemas y se hubiera adelantado a las críticas tan profundas. Bueno, eso ya no fue.
La pregunta es cómo hacemos para que nuestros fondos tengan mayor rentabilidad. Si eso implica mayor competencia de un ente estatal, bienvenido sea. El problema no está ahí. El problema está en que el gobierno no reconoce la propiedad de los fondos de las personas ni su carácter hereditario. Usan una semántica mañosa, haciendo creer que sí se van a respetar, pero cuando uno revisa los artículos, efectivamente sigue siendo la misma propuesta donde cualquier gobierno de turno le puede meter mano a esos fondos.
-En salud, muchos creen que la reforma significaría el fin de las isapres. ¿Qué consecuencias tendría para los millones de afiliados?
-Más que el fin de las isapres, lo importante son los 3 millones de chilenos que pueden quedar sin atención de salud. Terminar o cerrar ciertas industrias implica que las personas no tendrán donde atenderse, porque ya sabemos que el sistema público está en crisis, no va a ser capaz de absorber esa demanda.
-Hay un acuerdo político desde el PC a la derecha, para que Coloma sea presidente del Senado. Ossandón trató de jugarse una opción, pero no le fue bien.
-Ossandón nunca deja de sorprendernos con estas aventuras solitarias, pero se va a respetar el acuerdo que se tomó el año pasado.
-Ahora empieza una nueva fase del proceso constituyente, con elección de consejeros el 7 de mayo. ¿Cuál va ser la actitud de la UDI en este proceso, va a atrincherarse o tratar de llegar a acuerdos con otros sectores políticos?
-A ver, hubo mucha gente en nuestro sector que exigía que el artículo 142 que mantenía vigente la actual Constitución se hiciera efectivo. Pero la responsabilidad política es habernos comprometido a tener una una buena y nueva Constitución. Primero la palabra se cumple y lo segundo vamos a llegar de muy buena fé. Es importante que esta sea una nueva oportunidad para cerrar este proceso y que la izquierda no tenga más excusas para no avanzar en las reformas relevantes.
El Consejo es un lugar donde tiene que haber encuentro y donde desde la UDI vamos a ir a a plantear estos puntos que nos parecen relevantes como la libertad, la libertad de enseñanza, como el derecho a la vida, como el derecho de las personas a participar en la solución de los problemas públicos.
-¿Piensas que puede fracasar otra vez?
-Si no entendemos que hay que ir con una voluntad de diálogo, ese es un proceso que va a volver a fracasar. Y si la izquierda insiste en su proyecto refundacional, no vamos a dudar en volver a rechazar. Pero vamos con la mejor disposición a entender que este es un tema que hay que cerrar y que tenemos que ponernos de acuerdo. Y por eso hemos avanzado en conceptos más profundos, como por ejemplo el Estado social de Derecho con el principio de subsidiaridad. Nos parece que tenemos que lograr que esas dos visiones conversen y que sean complementarias, y eso es parte de una maduración política. Es una responsabilidad que tenemos como sector.
-¿Ustedes hacen algún tipo de autocrítica sobre la convención? Porque gente izquierda decía que ustedes llegaron con la idea de rechazar. Con la idea de que no resultara el proceso.
-No hubo espacio para que la derecha tuviese voz en esa Convención. Se llegó con un buen espíritu, pero desde el primer día nos dimos cuenta de que había una actitud intolerante cuando no se cantó el himno nacional. Y todo el show que hubo después fue vergonzoso. Por algo se terminó rechazando por un número tan amplio. Vamos a llegar con una voluntad de diálogo.
-El Presidente Boric cumple un año en La Moneda. Ha sido un año difícil. Le costó mucho instalarse, No tuvo luna de miel. Ha tenido varias polémicas. Baja aprobación. ¿Cómo evalúas, más allá de tu posición política, estos doce primeros meses?
-Es una evaluación compleja, porque cada vez que el gobierno hace algo contrario a lo que cree, avanza. Y así lo hemos visto principalmente en materia de seguridad. Por ejemplo, celebran el despliegue de la Fuerza Armada en estado de emergencia que hay en el sur, que ayer votaban en contra.
Tratando de ser lo más objetiva posible, creo que hemos ido muy lento. Y que sigue muy latente el peligro del populismo. Me llama la atención la preocupación que tiene la ministra Tohá de no abrirle la puerta al populismo cuando fueron sus partidos los que impulsaron las políticas de los retiros. Y terminamos hoy día pagando los costos de ese populismo con inflación y con la crisis económica que tenemos hoy.
Dentro de su gabinete están los que le abrieron la puerta al populismo. La cantidad de voltereta ha sido impresionante.
-Hablando de gabinete y del cambio que viene. ¿Esperas un giro en la hoja de ruta?
-Lo relevante, más allá de quiénes sean, es que haya un giro hacia el socialismo democrático que me parece interesante. Pero eso va a depender principalmente del presidente o de lo que él quiera hacer, porque si no hay un cambio en su hoja de ruta, el cambio no vale nada.
-¿Cómo ves el futuro de la derecha en términos de alianzas? ¿Será posible trabajar con Republicanos y el Partido de La Gente o son proyecto muy distintos a Chile Vamos?
-Desde la UDI no vamos a bajar los brazos e insistir en un trabajo en unidad. No nos resultó. En la última elección hicimos todos los esfuerzos para ir unidos, principalmente por eficiencia electoral. Pero espero que en las campañas que vienen ahora no haya fricciones, que no sean una competencia fratricida, sino que al contrario, sea complementaria.
Y espero también que en el próximo Consejo electo, podamos trabajar de manera conjunta, porque creo que al final la división de la oposición nos debilita y hace el juego a la izquierda. Un mal gobierno necesita una oposición unida para hacer valer la voz de la ciudadanía.
Con citas del ex Presidente Sebastián Piñera apelando a la unidad y con una intervención de Cecilia Morel, recordando el anhelo de él de una alianza amplia, desde Chile Vamos a Demócratas, Amarillos y el PDG, la noche de este miércoles se homenajeó a Piñera a un mes de su muerte.
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