Los entretelones de la caída de Jackson demuestran que su salida del gabinete era inevitable y que desde antes de la acusación constitucional en su contra en La Moneda estaba claro que su permanencia no daba para más. La gran paradoja es que el libelo presentado en su contra terminó por retrasar su renuncia. Al final, la oposición buscaba prolongar la agonía de Jackson mientras al gobierno le interesaba terminarla lo antes posible dado que su agenda se encontraba paralizada.
La caída. Pasadas las 18:00 horas de este viernes, ad portas de un fin de semana largo, el ministro Jackson subió hasta el despacho del Presidente. Una hora después el otrora factótum de la campaña presidencial, el socio político con el que Boric saltó desde las protestas del 2011 a crear el Frente Amplio, llegar al Congreso y luego a La Moneda, anunció en una conferencia de prensa su renuncia indeclinable al Ministerio de Desarrollo Social.
Una agenda paralizada. Al entrar a la oficina de Boric, ni Jackson ni el Presidente tenían mucho margen de acción para que el fundador de RD permaneciera en el gabinete.
- La agenda del gobierno estaba prácticamente paralizada desde que estalló el caso Democracia Viva, el 16 de junio, lo que terminó en la decisión de la UDI de congelar el diálogo con el gobierno en la reforma previsional cuando ocurrió el robo de computadores desde el Ministerio de Desarrollo Social, el 20 de julio. Entonces abandonaron la mesa técnica, enviaron una durísima carta a Boric y Marcel estuvo muy lejos de convencer a la derecha de llegar a un acuerdo en la tributaria, tras lo cual anunció el llamado Pacto Fiscal, que tampoco convenció a la oposición.
- En la centroizquierda, a esa altura, pensaban que la estrategia de la UDI les estaba dado resultados políticos efectivos. Vale decir, la ofensiva de la derecha había terminado afirmando a Jackson en el gabinete, un tema estaba lejos de acomodarlos, más allá de que pensaran o no que los cuestionamientos eran justificados (y que los tiempos del libelo corrían en paralelo a la conmemoración de los 50 años del Golpe, pudiendo incluso darse la posibilidad de que se vote cerca del 11 de septiembre).
Los republicanos se adelantan a La Moneda. Hasta antes las 5 de la tarde de este martes, cuando los republicanos anunciaron la acusación a Jackson, la ministra Tohá había dado señales públicas de que, de cesar la presión de la derecha por su remoción, Jackson podía salir del gabinete. El tono de La Moneda había cambiado desde el respaldo cerrado que le dio Boric en junio, al descartar el mencionado ajuste.
- La lógica, aparentemente, tenía relación con un ejercicio de realismo político. Para entonces, su presencia en el equipo de Boric estaba haciendo cada vez más esquivo el control de la agenda: el 89% quería que saliera del gobierno, de acuerdo a una reciente encuesta Panel Ciudadano UDD, y la mayoría lo asocia al escándalo del caso Convenios, según Cadem.
- El problema fue que los republicanos se adelantaron y lograron rápidamente el apoyo en bloque de Chile Vamos, además de consistentes señales de los llamados partidos bisagra, como el PDG y la CDU, lo que instaló la posibilidad real de que el ministro fuera derrotado en la Cámara y que se abriera el dilema de que abandonara el gobierno antes de votarse el libelo (de aprobarse la acusación en el Congreso no podría ejercer cargos públicos por 5 años)
- En el Socialismo Democrático, que hace meses resentía el costo que estaba pagando el partido por una crisis fuera de control de RD y un gobierno paralizado por el caso de Jackson, habían comenzado crecientemente a pedir que Jackson diera un paso al costado antes de votarse la acusación. La lista fue larga e incluyó a socialistas, PPD y radicales en solo 3 días.
- Boric salió a enfrentar la acusación de los republicanos, pero nombró solo una vez a Jackson y puso el foco en que la derecha no quería compartir la corrupción, sino obstruir la agenda de su administración.
- El apoyar a su principal socio político podía abrir un flanco de críticas, lo que se sumaba al contrasentido político que podía significar que el Presidente y el gabinete saliera a apoyar en bloque durante casi un mes a un ministro muy mal evaluado por la ciudadanía y asociado al caso Democracia Viva.
La disputa con Montes. En la centroizquierda comenzó a circular en las últimas semanas como un secreto a voces que Jackson, sea cual fuera el cuadro que enfrentara, no estaba dispuesto a abandonar solo el gabinete, dada la carga que supone marcharse siendo tildado por los republicanos como “el rostro de la corrupción en Chile”.
- En altas fuentes oficialistas decían tener fuertes sospechas e indicios de que Jackson apostaba a irse junto al ministro Montes, el primer cortafuegos de La Moneda tras la crisis que gatilló Democracia Viva.
- Los socialistas, al menos desde el mes pasado, enviaron señales a La Moneda de que Montes no podía pagar el costo de una crisis que tiene como actores principales a RD y su fundador.
- A Boric le habría hecho sentido en un momento la idea de sacar a Montes en el caso de que Jackson no aguantara en el gabinete.
- Pero el mundo socialista rechazó en forma tajante esa posibilidad, lo que probablemente terminó obstuyendo un cambio de gabinete: Jackson terminó cayendo solo para no seguir extendiendo la crisis.
Un desgaste fulminante de su poder en La Moneda. Antes del robo en su ministerio, ya se había convertido en el principal flanco de la oposición (que a su vez está en una carrera por blindar el electorado tradicional de derecha, tras el salto electoral de los republicanos el 7M).
- Su desgaste político, sin embargo, ocurrió mucho antes.
- El ahora ex ministro generó fuertes resistencias en la centroizquierda por no detener la ofensiva del FA-PC para poner fin al Senado, lo que se agudizó cuando, días antes del plebiscito del 4S, señaló que su generación tenía un estándar superior a la de sus antecesores, luego de lo cual tuvo que salir a retractarse.
- Dada su dificultad para forjar relaciones políticas de confianza con quienes no comparten su ideario, Jackson acumuló una serie de errores en solo 6 meses en la Segpres, lo que incluyó encontrones por el PS por poner suma urgencia al proyecto de indultos de los presos del 18-O -lo que suponía endosarles el conflicto a la izquierda- y enfrentó fuego amigo por los estados de excepción en la Macrozona Sur.
- Pero, más importante aún, la decisión de Boric de salir a desautorizarlo cuando el ministro vinculó el triunfo del Apruebo a la viabilidad de las reformas de su administración se convirtió en una señal inequívoca que ya no era un intocable.
- La fuerte derrota de Boric y su administración en el plebisicito, cuando el Apruebo fue aplastado en las urnas, hizo inviable su permanencia en la Secretaría General de la Presidencia y terminó abandonando el primer anillo en la toma de decisiones de La Moneda.
Telón de fondo. Factótum de Boric en la campaña e ícono del FA, la oposición, en el plano político, piensa que la salida de Jackson es el costo que debe pagar La Moneda por el escándalo de Democracia Viva.
- En altas fuentes oficialistas señalan que fue el Presidente quien sostuvo por semanas a Jackson y que en esa decisión inciden a varios factores, algunos entremezclados entre sí.
- Para algunos, golpear a Jackson era equivalente a golpear a Boric y su generación, la que en 2011 lideró las movilizaciones estudiantiles, crearon el Frente Amplio y llegaron a La Moneda. Vale decir, sacar al titular de Desarrollo Social, pese a que ha perdido buena parte del inmenso poder con que llegó a La Moneda, representaba un misil de gran calado.
- Pero el realismo político se impuso.
- Los republicanos decidieron bajar la acusación y Jackson dijo que su paso al costado no pone en duda su lealtad a un proyecto político. Está por verse si aquello ocurre y desde dónde lo hará.
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