A partir de marzo, ya desatada la invasión rusa a Ucrania, los datos geopolíticos se han mezclado con tendencias macroeconómicas globales en un cóctel preocupante. En el Gobierno y entre consultoras económicas anticipan tendencias que harán de este 2022 un año más complejo para Chile de lo que ya se preveía.
Guerra en Ucrania. Ya han quedado establecidas varias tendencias tras la invasión rusa a Ucrania. Por ejemplo, las capacidades militares de Moscú estaban sobreestimadas –tanto por Occidente como por China y la propia Rusia–, la resistencia ucraniana estaba subestimada, y la reacción de países no OTAN como Suecia y Finlandia fue sorpresiva. Ahora hay al menos dos elementos que los países, incluido Chile, están observando:
- El período durante el cual los gobiernos occidentales, en particular los europeos, mantendrán un apoyo relevante a Kiev. Según reportes de prensa internacional, el presidente Volodimir Zelenski teme un desgaste en la opinión pública global.
- Existe temor en Washington por un eje Moscú-Beijing que se fortalezca. Desde el punto de vista estratégico, la probabilidad de escenario de confrontación en el estrecho de Formosa (entre China y Taiwán) ha aumentado desde febrero, pero no se considera inminente. Por ese temor es que Estados Unidos ha fortalecido el Quad, el grupo geoestratégico del Indo Pacífico donde comparte asiento con India, Japón y Australia.
- Desde la perspectiva de seguridad energética, el gobierno demócrata de Joe Biden ha liberado barriles de petróleo para aplacar en parte el alza en los precios de los combustibles. Con todo, la gasolina en el país ha roto récords. La crudeza de la realidad ha obligado a la Casa Blanca a suavizar su discurso crítico con Arabia Saudita, el jugador global más relevante en el mercado petrolero: Biden visitará Riad a mediados de julio.
Crisis alimentaria global. Uno de los efectos colaterales de la guerra en Ucrania es el daño a la provisión global de cereales. Ucrania y Rusia están entre los mayores productores mundiales de granos. Moscú ha bloqueado la exportación de esos productos desde Ucrania, en particular del trigo, en una acción que muchos historiadores han comparado con el requisamiento de granos que aplicó Lenin hace un siglo para asegurar la provisión a los rusos. Hacia 1930 esa política de Moscú, ya en manos de Stalin, se transformaría en un pilar de la matanza por hambre conocida en Ucrania como Holodomor. La historiadora Anne Applebaum ha documentado que hubo unas cuatro millones de víctimas de aquel genocidio por hambruna entre 1932 y 1933.
- La interrupción de las cadenas de provisión de alimentos ha sido materia de discusión en prácticamente todos los foros de conversación de líderes globales. Lo fue en Davos, Suiza, y en la reunión de ministros de la OCDE en París. También se discutió en el Chatham House Rule en Washington DC.
- En Chile, el Ministerio de Agricultura ha anunciado medidas de subsidios para promover el cultivo de alimentos en medio de numerosas advertencias sobre la crisis de los fertilizantes. El discurso oficial en el Gobierno es que el país está en condiciones de afrontar la crisis de la cual en todo el mundo se conversa. A juicio del ministro Esteban Valenzuela, la confianza radica en “tres razones estructurales: nuestra cultura y nuestro carácter, este país hecho para combatir situaciones críticas; por el dinamismo de todo nuestro sector agrícola; y porque somos fuertes en diversificación y eso nos da seguridad”.
La recesión. The Economist abrió su portada del 21 de mayo con la alerta mundial por los granos: “La catástrofe alimentaria que se aproxima”. Una semana después estampó “La desaceleración china”. Y entre los reportajes centrales en la primera semana de junio habló acerca de la próxima recesión en Estados Unidos, que podría gatillarse incluso antes de 2024.
- Los ojos de hecho están puestos en Estados Unidos. Este miércoles la Reserva Federal podría resolver un incremento de las tasas de interés en 75 puntos base (0,75 punto porcentual), lo que alteró los mercados globales. Hasta el viernes los analistas tenían sobre la mesa que la tasa subiría en 50 puntos base, pues así lo habían anticipado desde la propia Fed en mensajes previos. De hecho, ya habían ejecutado un primer incremento en esa escala hace un mes, la primera en esa magnitud desde el 2000. El dato de la inflación de mayo (8,6% anual) fueron peores de lo previsto y eso motivó el cambio de perspectivas. Desde 1994 que la Fed no sube la tasa en 75 puntos base.
- El panorama se oscureció también el viernes luego de que el indicador de confianza de los consumidores de la Universidad de Michigan proyectó expectativas de la mayor inflación desde 2008. Esos datos anticipan que los consumidores podrían estar anticipando un recorte en su propio gasto, lo cual tiene dos efectos: ayuda a mitigar en parte las presiones inflacionarias futuras, pero al mismo tiempo reduce la demanda interna. Es decir, allana un camino recesivo.
- Uno de los grandes desafíos que tienen precisamente en la Fed es que el crecimiento se aplane o reduzca sin que amaine la inflación. Ese fenómeno, conocido como estanflación, ya se instaló entre las probabilidades que están observando tanto en Hacienda como en el Banco Central, pues es un escenario de riesgo también para la economía chilena.
- Las exportaciones chilenas están en la primera línea de potenciales afectados por una eventual recesión en Estados Unidos y desaceleración en China. Por ahora, el precio del cobre –principal bien de exportación chileno– se ha mantenido por sobre los US$ 4 la libra. Pero si las tasas de interés en EE. UU. se mantienen elevadas incluso en medio de la recesión, el impacto en Chile aterrizaría además por el lado de un tipo de cambio muy alto que complique las propias metas de inflación del Banco Central. Esa meta en torno al 3% en un horizonte de dos años ya está perforada, según muestran los sondeos al mercado.
Pandemia. Las restricciones de China con su política de “cero covid” provocaron nuevas interrupciones en la cadena logística global, sobre todo por las complicaciones en Shangái.
- El contexto político chino importa: el Partido Comunista lleva meses preparando el congreso en que consagrará el amplio poder alcanzado por Xi Jinping como presidente del país. Se da por descontada su reelección para un tercer período, rompiendo con una regla que intentaron establecer sus predecesores inmediatos de acotar la duración de los mandatos presidenciales. Dada la profundidad de la competencia estratégica china en distintos mercados, incluida América Latina, los despachos diplomáticos están acumulando cables sobre cuáles son las prioridades económicas y de seguridad que podría promover Beijing.
- La viruela del mono, además, ha generado temor sobre la probabilidad de que una nueva pandemia se agregue a los estragos causados por el covid. En particular, hay países –como Sudáfrica– que tienen pocos incentivos para alertar preventivamente sobre enfermedades contagiosas, luego de que quedara aislado al advertir sobre una variante del covid. Por lo tanto, al cóctel de riesgos que está sobre las mesas de los analistas en distintas partes del mundo se suma un posible corte en el flujo de información temprana sobre nuevas variantes del covid o de otras enfermedades contagiosas.
La gira presidencial y el lapsus de Boric que no fue tal. Por Paz Zárate