La paradoja de José Antonio Kast. Por Carlos Correa Bau

Director Ejecutivo de Qualiz

Los republicanos no han elegido la soberbia, y en voz de Luis Silva, que será su principal escudero en el consejo, ha dejado entrever que algunas propuestas del Comité de Expertos podrían resultarle razonables. Decirle no a todo es mal negocio. Es muy curioso, pues muchos analistas decían que si no había un acuerdo constitucional se abría la puerta para un gobierno de Kast, y en realidad ocurre justamente lo contrario.


Una de las cosas más curiosas en esta elección, es que a Kast le conviene que haya una Nueva Constitución.  El partido Republicano no fue firmante del acuerdo que llevó a este nuevo proceso, y de manera clara ha dicho cada vez que puede que no le interesa cambiar la Constitución vigente. Su campaña no era de propuestas constitucionales, sino de queja respecto a la grave situación que vive el país, y de oposición clara al gobierno.

  • Pero la paradoja se produce por los resultados tan abrumadores, que ni siquiera ellos esperaban. Eso les da la responsabilidad plena del nuevo proceso. Además, con los votos de ChileVamos, que cada día ofrece menos resistencia a la marea republicana, tienen las mayorías suficientes, incluso para desechar la propuesta del comité de expertos. Es muy curioso, pues muchos analistas decían que si no había un acuerdo constitucional se abría la puerta para un gobierno de Kast, y en realidad ocurre justamente lo contrario.

El liderazgo de Kast tiene un problema con el tiempo. Resulta que faltan casi 3 años para la elección presidencial, y el riesgo de desgaste es evidente. En todas las elecciones anteriores, los que iban primero no fueron quienes dieron la pelea final. Un ejemplo dramático de ello es que la encuesta Criteria, de septiembre 2019, mostraba que las intenciones de voto la lideraban Beatriz Sánchez y Joaquín Lavín.

  • Ninguno de los dos llegó siquiera a la papeleta de primera vuelta. Por ello la tarea es descomunal, y el primer paso es al menos mostrarse capaces de construir mayorías para sacar un acuerdo constitucional. El problema es que tendrán que contradecirse a sí mismos, y ver como modificar el texto, sin que sea tanta la voltereta.

No puede sostenerse en el tiempo una hegemonía basada solo en la crítica. Los republicanos han sido efectivos en su crítica a Boric, y también en sus disparos a Chile Vamos, acusándolos de tibios. Han soltado a sus demonios, consistentes en granjas de bots en redes sociales y diputados estridentes. Eso funciona bien como estrategia de demolición, pero no es eficiente para construir propuestas.

Kast tiene plena conciencia de la volatilidad de su resultado. Sus primeras palabras fueron para culpar al gobierno de sus números, dejando claro que entiende que la votación no es algo pendular como dijeron en la Moneda, ni un giro conservador como estudiaron otros, sino tiene mucho de crispación y enojo. Su campaña directa, sin eufemismos, sumado al desplome de Parisi, le dio una victoria circunstancial.

  • También leyó bien Kast, el riesgo de Johannes Kaiser, que le envenenó la fiesta después de la primera vuelta electoral pasada, así que esta vez lo mandó a callar. No han elegido la soberbia, y en voz de Luis Silva, que será su principal escudero en el consejo, ha dejado entrever que algunas propuestas del Comité de Expertos podrían resultarle razonables. Decirle no a todo es mal negocio.

Para hacer la paradoja aún más enrevesada, la tentación de la izquierda de rechazar es enorme. Algunos lo dicen en tono de broma que les dieron a elegir entre la constitución de Pinochet y la constitución de Kast. También el temor de un texto más conservador, que deba firmar el presidente hace que muchos prefieran el Rechazo y quedarse con la misma constitución contra la cual salieron a las calles.

  • Pero un análisis más frío debe incluir cómo detener a Kast. En su momento la concertación vivió un drama similar con Lavín que se instaló en la Municipalidad de Santiago para tratar de conservar el momentum que le hizo empatar con Lagos en primera vuelta. La Moneda de entonces optó por designar como intendente a Marcelo Trivelli, que se dedicó todos los días a boxear al alcalde hasta desgastarlo. Se hace imperioso tener un caza Kast (o varios) para aprovechar el tiempo antes que resuelva la paradoja.

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