En el encuentro de 11 países mandatarios sudamericanos, Lula da Silva buscaba reafirmar el liderazgo de Brasil en el continente y retomar la influencia de su país en Venezuela. Sin embargo, el exceso de entusiasmo con Maduro, al punto de calificar su régimen como democrático, opacó esas metas y desató una serie de críticas internas y externas. Los únicos presidentes que levantaron la voz para criticar a Lula por sus dichos fueron el presidente Boric y el uruguayo Luis Lacalle. Según el analista brasileño Oliver Stuenkel lo que ocurrió en Brasilia “es más perjudicial a la reputación del gobierno brasileño que cualquier otra cosa que Lula haya dicho o hecho hasta ahora”
Boric y Lacalle levantan la voz. El presidente Gabriel Boric y el uruguayo Luis Lacalle fueron los únicos entre los 11 mandatarios sudamericanos que asistieron este martes a la reunión convocada por Lula da Silva en Brasilia que criticaron abiertamente el intento del jefe de Estado brasileño de legitimar como demócrata al dictador venezolano Nicolás Maduro. Los demás tampoco demostraron mucho entusiasmo. El presidente argentino, Alberto Fernández, optó por una declaración diplomática sin referirse a las palabras de Lula.
- El encuentro fue convocado por Lula con dos objetivos: reafirmar el liderazgo de su país en Sudamérica y reaproximarse del régimen de Maduro, que por motivos geopolíticos el presidente brasileño y sus asesores consideran estratégico, como quedó consignado en un documento con directrices de su gobierno elaborado tras su victoria sobre Jair Bolsonaro.
- Sin embargo, como resaltaron analistas brasileños y extranjeros, Lula fue mucho más allá de lo prudente en sus elogios al presidente Maduro, desatando una polémica que opacó el intento de liderar el renacimiento de Unasur, organización que agrupaba a los países sudamericanos, en su mayoría de izquierda, y que permanece técnicamente muerta hace años.
- La reunión de mandatarios fue precedida por una visita oficial de un día de Maduro a Brasil, donde fue recibido por un Lula que no solo defendió el régimen chavista y le otorgó el estatus de democracia, sino que señaló que las críticas por violaciones a los derechos humanos y autoritarismo eran parte de “una narrativa”.
- “Yo manifesté respetuosamente que tenía una discrepancia con lo que señaló el presidente Lula en el sentido de que la situación de derechos humanos en Venezuela era una construcción narrativa”, señaló Boric tras participar del encuentro. “No se puede hacer la vista gorda frente a temas que para nosotros son de principios e importantes”
- En la misma línea se manifestó el presidente uruguayo: “Esta reunión estuvo antecedida, no sé si en forma planificada o no, por una reunión bilateral entre Brasil y Venezuela. Me quedé sorprendido cuando se habló de que lo que sucede en Venezuela es una narrativa. Lo peor que podemos hacer es tapar el sol con un dedo”.
El objetivo estratégico de Lula. Maduro, que también participó del encuentro regional, no pisaba Brasil desde 2015, cuando asistió a la toma de posesión de la presidenta Dilma Roussef. Si bien su presencia era esperada para la toma de posesión de Lula, optó por no asistir.
- Más allá de simpatías ideológicas, restablecer los vínculos con Venezuela era uno de los puntos importantes del documento que elaboró el equipo de política exterior de Lula tras ser electo (durante la campaña se abstuvo de hacer elogios al régimen chavista).
- Según fuentes citadas por el diario O Globo, la razón no es solo que Lula considera que Venezuela es un socio importante en la región, sino también porque los asesores del presidente estiman que si Brasil no ocupa ese espacio de influencia “otros países, como China, Rusia, Irán o Turquía, lo harán”.
- Además de perder influencia política en Venezuela el riesgo, para los asesores de Lula, es que Brasil y ese país comparten 2.000 km de fronteras.
- Brasil, además, no ha sido el único país que está buscando reaproximarse del régimen de Venezuela tras el fracaso de la estrategia de aislarlo después de las fraudulentas elecciones presidenciales de 2018, cuyo resultado no fue reconocido por más de 60 países.
- La guerra entre Ucrania y Rusia intensificó las aproximaciones de países como Estados Unidos y Francia, entre otros, dado que el petróleo venezolano cobró mayor relevancia.
Análisis interno. El exceso de entusiasmo con que Lula recibió a Maduro no solo opacó sus planes de revivir Unasur, sino que fue contraproducente para su objetivo estratégico, además de desatar fuertes críticas desde la oposición e incluso de algunos partidos que participan de su coalición gobiernista, como el Partido Socialista Brasileño.
- Oliver Stuenkel, profesor de relaciones internacionales de la Fundación Getulio Vargas y columnista del diario O Estado de S.Paulo, señaló: “La retórica increíblemente halagadora de Lula en relación a Nicolás Maduro es más perjudicial a la reputación del gobierno brasileño que cualquier otra cosa que Lula haya dicho o hecho o hasta ahora”.
- “Al abrazar explícitamente la línea oficial de Maduro, Lula se posicionó como uno de los principales aliados de Venezuela y la mayoría de los aliados de Venezuela son autocráticos. Eso básicamente excluye a Brasil de cualquier papel potencial de mediador en Venezuela”, agregó.
- Como sea el comunicado final del encuentro de los 11 presidentes sudamericanos, concluyó con una declaración muy común en este tipo de eventos: una serie de exaltaciones a la unidad del continente sin ninguna medida de peso.
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