-¿Cuáles son las claves para entender el conflicto que se vive hoy en Ecuador?
-Lo que detona el conflicto es el anuncio del Presidente Daniel Noboa en su campaña electoral con el plan Fénix y el anuncio de que su gobierno no va a negociar con las bandas de crimen organizado. Es algo nuevo, ya que hasta ahora todos los grupos delictivos habían negociado con los políticos y eso mantenía una tensa calma. Y recientemente, el conflicto está vinculado a la fuga de “Fito” (sospechoso relacionado con supuesto plan para matar a la fiscal de Ecuador) y la fuerte reacción del gobierno de decretar Estado de Excepción.
-¿Entonces es la reacción de estos grupos que no quieren perder el control de las cárceles?
-Sí. Las cárceles siempre han estado en control de los grupos delictivos, sobre todo con los grupos vinculados al narcotráfico, como lo son Los Lobos y Los Choneros, siempre ha sido así. Y no solo temen por perder el control de las cárceles, sino también de una serie de circuitos por donde circula el tráfico de droga, puertos, aeropuertos o carreteras. Es una advertencia al presidente Noboa de que no puede tomar ese tipo de decisiones.
-¿En qué zonas de Ecuador se concentra el conflicto?
-En toda la costa y Quito y Cuenca. Una de las amenazas de estas bandas es que esta violencia que es característica de las ciudades costeras pueda expandirse a todo el territorio.
-¿Puede convertirse en el mayor conflicto interno de la historia de Ecuador?
-Todavía no, pero esto puede transformarse en una guerra civil. Todavía no alcanza esas dimensiones, pero esa es la amenaza.
-¿Qué significa que estos grupos sean capaces de tomarse un canal de televisión o una institución educativa?
-Muestra una estructura organizativa interesante, es decir que a pesar de que sean más de 20 grupos, logran coordinar una estrategia. Han logrado crear caos en las ciudades, han incendiado muchos vehículos o hay choches-bomba, que lo que buscan es sembrar terror en la población. Y a través de ese terror presionar al gobierno.
-¿Cómo está la situación en este momento en las principales ciudades afectadas?
-En estos momentos la mayoría de instituciones públicas y privadas han suspendido la jornada laboral, hay caos vehicular en la ciudad y la gente está aterrorizada.
-¿Cuánto podría durar esto, tomando en cuenta el poder que tienen estos grupos delictivos?
-Si el conflicto estalla puede durar mucho tiempo. Estos grupos están bien armados y no solo son de carácter nacional sino que son organizaciones trasnacionales que tienen vehículos muy cercanos con carteles mexicanos, colombianos y peruanos.
-Hace unas horas el Presidente Noboa decretó “conflicto armado interno“. ¿Qué significa?
-Con esto habilita que las Fuerzas Armadas puedan actuar, es decir, utilizar armas. Abre la posibilidad de que el ejercito pueda enfrentar a estos grupos como si se tratara de una guerra interna. Y abre una puerta a que esto escale, hay que ver cómo reaccionan estos grupos. Con esto el gobierno pretende atemorizarlos, pero no creo que sea una buena medida y pienso que esta noche habrán una serie de atentados para seguir creando caos y conmoción social.
-¿El presidente Noboa debería acceder a las peticiones de estos grupos criminales?
-Creo que el gobierno tiene que negociar. No lo va a decir públicamente, porque no es lo correcto políticamente. Tener una actitud contraria a la negociación puede abrir una puerta a que escalen los niveles de violencia.
-¿Se puede ver comprometido el funcionamiento del gobierno?
-Si escala, lo que debe esperarse es que se produzcan atentados a infraestructura del Estado, como petroleras o carreteras. Esto de todos modos, va a crear una condición de debilidad del gobierno y no sabemos cómo va a reaccionar.
-¿Qué podría ocurrir esta noche? ¿Se podría desatar una especie de guerra en las calles?
-Puede consumarse una guerra con balas y todo. Ahora hay una tensión fuerte en el ámbito del chantaje social y político, pero que puede escalar.
La ciudadanía aterrorizada y el caos pueden abrir la puerta a que grupos delictivos de menor nivel puedan actuar, con saqueos y robos, por ejemplo. Eso ocurre cuando se pierde el control de la seguridad social.
-El gobierno tiene la capacidad militar y de inteligencia para controlar el conflicto?
-No la tiene. Porque el problema de fondo es que estos grupos se han infiltrado dentro de las decisiones políticas, jurídicas, militares y policiales. Tienen respaldo y aliados en todas las instancias del país. No es que el Estado esté enfrentando a grupos externos, está enfrentando a grupos que están dentro de algunas reparticiones del Estado. Hay jueces, fiscales y abogados, policías y militares que trabajan para ellos. Desmontar eso no es fácil, ya están dentro del Estado.
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— Ex-Ante (@exantecl) January 9, 2024
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