Un salvavidas. Gabriel Boric hizo una buena primera cuenta pública. Hizo un importante resumen del estado de la situación nacional y habló de todos los temas que les importan a los chilenos. Se mostró empático y sensible a las preocupaciones populares y a lo que todos conceden que son problemas urgentes de resolver. En lo grueso, construyó su discurso sobre pilares suficientemente transversales como para poder apelar a todos. En lo fino, dio detalles relevantes sobre lo que haría el gobierno para revertir muchos de los problemas de cada una de las áreas temáticas. En fin, un discurso políticamente correcto.
¿Y los gastos? En este caso, hay antecedentes mezclados. Boric habló sobre la necesidad de tomar decisiones políticas responsables y no caer en populismos. Punto para el presidente. Pero cuando fue diputado, hasta apenas algunos meses, votó cuatro veces a favor de los retiros de fondos de pensiones. Punto en contra del presidente. Lo mismo ocurre con la violencia, la cual pidió entender como legislador y ahora pide combatir como presidente. Otra vez, es entendible la posición de Boric, pero, por su registro contradictorio debe saber que a pesar de prometer el cielo, el mar y la tierra, no necesariamente subirá en las encuestas.
Prometer y no entregar. Las preguntas de gasto público son importantes, porque, como se sabe, es fácil prometer, entregar, y dejar al país a la merced del viento para el sucesor, pero es difícil (e quizás impopular) ser fiscalmente responsable. Pero hay otra combinación que se vuelve relevante a la luz de la cuenta pública. Y esa es la de prometer y no entregar. Pues, si efectivamente se Aprueba la nueva Constitución, y aumenta el gasto público, es probable que mucha de la agenda del gobierno se vea aplazada. Eso sin contar las dificultades que el presidente tendría para cumplir sus promesas si es que gana el Rechazo.
La primera intervención del gobierno no solo fue ciega a lo sucedido en la Cámara sino que estuvo caracterizada por una serie de errores técnicos que una reforma como esta no se puede permitir. Si en la Cámara se tramitó completamente sin ningún dato que sustentara la propuesta, en el Senado no se puede permitir […]
El Presidente ha enmudecido. Ni siquiera el formal pésame dirigido a su esposa e hijo de 6 años se ha escuchado. Si no se llega a la verdad, los autores del crimen se sentirán seguros y envalentonados para seguir operando en Chile, quizás ya no contra disidentes venezolanos sino contra periodistas, jueces, fiscales y políticos […]
Fue el diputado Gonzalo Winter quien planteó que el Gobierno de Gabriel Boric carece de una vocación de transformación cultural, sometiéndose a la lógica de los acuerdos. Poniendo nada más ni nada menos que a Javier Milei como referente de un modo de acción política que maximiza idearios. ¿Sorprenden las declaraciones de Winter? No. ¿Sorprende […]
Winter acierta en el diagnóstico, pero no en las causas ni en la responsabilidad que la retórica, de la que tanto abusan, juega en esta situación. Son ellos mismos, más que los medios de comunicación o los gremios, como sugiere el diputado, los responsables de su propio fracaso.
Se ha creado el vergonzoso precedente de que, en territorio chileno, todo es posible. Ello levanta una inmensa interrogante sobre la real capacidad del Estado para defender la soberanía nacional, garantizar la seguridad pública e imponer el respeto a la ley. Son demasiados los signos de vulnerabilidad de Chile.