Cry Macho
“Esto de ser macho está un poco sobrevalorado”
Mike Milo (Clint Eastwood) fue una estrella del rodeo al que un grave accidente dejó fuera de las pistas. Viudo y solo, no tiene razones para levantarse cada día. Y así pierde su último trabajo como entrenador en el rancho de su amigo Howard Polk (Dwight Yoakam). Cosa que tampoco le importa mucho.
Polk lo ha apoyado en todos esos largos años en los que Mike ha pasado de las rehabilitaciones a sumergirse en el alcohol. Por eso, cuando poco tiempo después lo llama para pedirle un favor, Mike acepta sin preguntar demasiado.
Como ocurre con su personaje en La Mula, Mike es perfecto para el encargo (hombre blanco y viejo): cruzar la frontera, ir y volver de Ciudad de México, para traer a Howard el hijo que tuvo con una mujer que vive allí y a los que no ve hace años.
La madre (la chilena Fernanda Urrejola) es una mujer poderosa, temible y muy rica, custodiada por matones armados. Aunque no está interesada en su hijo, evidentemente hay una pugna de poder entre ella y Howard.
El chico en cuestión es Rafo (Eduardo Minnett), un preadolescente que se gana la vida en las calles, en peleas de gallo, y acostumbra a beber tequila. Desconfiado y alerta, su único tesoro es “Macho”, su gallo.
La película sigue el accidentado viaje de regreso por carreteras y caminos de tierra. Tan accidentado como la relación entre Mike y Rafo, que comienza de la peor manera y da tumbos un buen rato.
Si bien el relato por momentos parece elemental y hasta predecible, cuando termina de dibujarse ese personaje que bien sabe elaborar Clint Eastwood, Cry Macho cobra todo su sentido. Como el gallo de Rafo, Mike es un animal herido pero noble, que circula por la vida con esa seudo serenidad que da el no cobijar ninguna clase de esperanza.
Si los caballos han sido su vida, volverán a serlo, esta vez para recordarle que lo que se ha cosechado en la vida, no desaparece y que aún tiene mucho que dar, aunque no haya trofeos de por medio.
Y que siempre, aun cuando parezca que ya nada importa, hay decisiones trascendentes que tomar. Si la vida se vive una vez, se vive hasta que se acaba.
Rafo también tendrá que tomar las suyas, que no son nada de obvias, ya sabiendo bien los padres que tiene.
Ambos deben saber elegir dónde está ese lugar que es para ellos, aquel donde sus vidas importan.
Entonces Mike quizás vuelva a ese pequeño pueblo a bailar “Sabor a Mí”, al son de Eydie Gormé y el trío Los Panchos.
Grandiosa filmación de exteriores.
Ojo con la banda sonora.
Cry Macho
LO MEJOR DE CLINT EASTWOOD EN STREAMING
Actor, director, productor, músico y compositor, Clint Eastwood (San Francisco, 1930), transitó desde los spaghetti western de Sergio Leone a Harry el Sucio, como actor, para volcarse a una deslumbrante carrera como director, sin dejar la actuación (e incluso la música).
Ha dirigido más de 40 películas, muchas de las cuales están en plataformas como Amazon Prime Video, HBO Max y AppleTV +.
Mystic River (2003), MiIlion Dollar Baby (2004) y Gran Torino (2008) conforman una suerte de trilogía en la que circulan ciertas preocupaciones constantes de su mejor filmografía: la justicia en entredicho, a veces fallida; la culpa, el perdón, la (posible) redención; la compasión. Tres películas categoría IMPERDIBLE.
Todas esas preocupaciones convergen en Gran Torino.
Gran Torino
Walt Kowalski (Clint Eastwood), veterano de la guerra de Corea y obrero automotriz jubilado, vive solo desde que enviudó y se pasa la mayor parte del tiempo sentado en su porche, tomando una cerveza, fumando. Las esporádicas visitas de su hijo, nuera y nietos son una incomodidad para él. También recibe, de vez en cuando, al cura de la iglesia.
Decir “no” es extremadamente sencillo para este hombre desesperanzado y lleno de una amargura inconmensurable: nada más lejos de su preocupación que ser agradable y/o correcto. Su frase favorita: “Déjenme en paz”.
Su obstinada resistencia al cambio incluye la rotunda intolerancia que demuestra —y de la que casi alardea— hacia el vecindario, que de a poco ha sido “invadido” por orientales Hmong (cultura asiática principalmente de Laos, aliada de EE.UU. durante la guerra de Vietnam).
Su auto Gran Torino del ’72 y su rifle M-1 son sus tesoros. Los mantiene intactos, como si el tiempo se hubiese detenido.
Con su alma de justiciero convencido, dos situaciones vinculadas una con otra romperán el aislamiento de Kowalski y lo harán actuar como él sabe: a lo rudo.
Kowalsky, como Harry el Sucio, también toma la justicia por sus manos, pero la realidad de las pandillas y su cruel moral de la violencia es infinitamente peor de lo que él ha conocido.
La espiral de la violencia supera largamente el estilo de este veterano, que ha endurecido su alma como única manera de defenderse de su propia tragedia.
El afecto que despierta en él, inadvertidamente, una chica del vecindario lo conducen hacia su redención, un camino que a su vez lo torna vulnerable.
Precisamente de eso es de lo que se había defendido: para no sufrir, había evitado encariñarse con nadie porque sabía que eso lo dejaría expuesto.
Pero ya es tarde. Y así lo entiende.
Gran Torino
Million Dollar Baby
Después de haber entrenado y representado a los mejores púgiles, Frankie Dunn (Eastwood) dirige un modesto gimnasio con la ayuda de Scrap (Freeman), un ex-boxeador y su único amigo.
Frankie es un hombre solitario y adusto. Se refugia desde hace años en la religión. Va diariamente a Misa: un gesto, un rito solamente. Al punto que el cura, intrigado, se le acerca a preguntarle qué es lo que busca.
Es poco lo que sabemos de Frankie. Por ejemplo, que siempre llegan a su casa cartas que le devuelve el Correo. Son misivas dirigidas a una hija.
Un día, entra en su gimnasio Maggie Fitzgerald (Swank), una voluntariosa chica que quiere boxear y que está decidida a convertirse en una profesional.
Frankie la rechaza alegando que él no entrena chicas y que, además, ella es demasiado mayor. Pero Maggie no se rinde y se entrena cada día en el gimnasio, en complicidad con Scrap.
Hasta que Frankie, venciendo sus reticencias, acepta entrenarla.
Maggie, que carga una historia familiar que se hará presente de la manera más ruin, no ceja en su entusiasmo, más aún cuando ve que sus esfuerzos dan resultados.
Para Frankie, la chica empieza a llenar ese doloroso espacio vacío que ha dejado esa hija ausente y de la que nada sabemos.
Cuando la película parece ser otra más de aquellas de logros tras una lucha perseverante un dramático hecho quiebra el relato por la mitad y lo gira en 180 grados.
Buena parte del filme incluye el relato en off de Scrap.
La culpa, el perdón y una compleja reflexión ética están en el centro de esta historia.
Million Dollar Baby
Mystic River
Cuando Jimmy Markum (Sean Penn), Dave Boyle (Tim Robbins) y Sean Devine (Kevin Bacon) eran niños, pasaban los días jugando hockey en la calle, en el barrio obrero de Boston donde vivían con sus familias.
Un día, a Dave le ocurrió algo que marcó para siempre su vida y la de sus amigos.
Veinticinco años más tarde, otra tragedia los vuelve a unir: el asesinato de Katie (Emmy Rossum), la hija de 19 años de Jimmy.
A Sean, que es policía, le asignan el caso; pero también tiene que estar muy pendiente de Jimmy porque, en su desesperación, está intentando tomarse la justicia por su mano.
Un drama doloroso e intenso, que deja mudo al espectador.
Justicia, venganza y traiciones se entremezclan en una trágica historia sobre la violencia contra los más vulnerables.
Mystic River
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