Este miércoles se dio inicio al debate y tramitación de la reforma de pensiones en la Comisión del Trabajo y Previsión Social del Senado, oportunidad en que le tocó al gobierno exponer sobre su proyecto que -a juicio de todos- es un cascarón que perdió la esencia que el Ejecutivo quería imponer con su propuesta.
No obstante, el gobierno tiene una mirada distinta del estado actual de la propuesta. El ministro de Hacienda, Mario Marcel, argumentó que el Senado no recibió un cascarón sino un cuerpo incompleto, con artículos de fondo aprobados, pero sin sus transitorios que permitirían su implementación adecuada.
Por su parte, la ministra del Trabajo, Jeannette Jara, omitiendo todo lo sucedido en el primer trámite constitucional, donde el oficialismo tiene un respaldo mayor al que encuentra en la Cámara Alta, se limitó a señalar los objetivos generales y supuestos que sostienen la propuesta. También a insistir en la distribución de la cotización adicional en un 3 y 3, agregándole el término “aporte patronal” como dejando entrever que el Congreso o la oposición se oponía a que la cotización adicional fuera de cargo del empleador, circunstancia jamás puesta en duda.
Finalmente, tomó la palabra el Superintendente de Pensiones, Osvaldo Macías, quien está a la cabeza del organismo técnico y contralor del sistema y de quien se espera una opinión objetiva y de alto nivel sobre la materia.
Lamentablemente, la primera intervención del gobierno no solo fue ciega a lo sucedido en la Cámara sino que estuvo caracterizada por una serie de errores técnicos que una reforma como esta no se puede permitir. Si en la Cámara se tramitó completamente sin ningún dato que sustentara la propuesta, en el Senado no se puede permitir que, existiendo los datos, se cometan errores técnicos en la exposición.
El sistema de pensiones es Multipilar, pero es uno solo, no como lo describe el superintendente en tres sistemas de pensiones distintos: Contributivo, no contributivo y de reparto. División que le permite mostrar a la ciudadanía la tasa de reemplazo autofinanciada, la que es baja, pero sin reiterar lo expuesto en la primera lámina: Un “Ahorro previsional insuficiente”, con una tasa de cotización en Chile de 12,7%, una de las más bajas de la OCDE, cuyo promedio es 18,2%.
Además, la cobertura solo alcanza a los dependientes y recién a los independientes que emiten boleta cuyos fondos son inexistentes, porque hubo 3 retiros previsionales en pandemia y existe un retiro permanente para pagar pensiones alimenticias que, a la fecha, suman 166 mil millones de pesos.
El superintendente sabe que la tasa de reemplazo del sistema de pensiones incluye los recursos del pilar contributivo y no contributivo, o sea incorpora la PGU, tasa que supera con creces el 100% en las personas de ingresos más bajos versus el 62% promedio de la OCDE y da cuenta de una solidaridad de un 60% en las pensiones de los hombres y un 85% en las mujeres. A todas luces los datos claman fortalecer el pilar contributivo o sea la cuenta individual de los trabajadores.
Por su parte, la ministra Jara señala que el sistema recién sería mixto con aporte patronal, desconociendo que desde el 2008 el seguro de invalidez y sobrevivencia (SIS) es de cargo del empleador. Un discurso transparente y responsable diría que se fortalece la participación del empleador porque el 1,49% del SIS es un porcentaje bajo en relación con el aporte del trabajador. Para combatir la baja densidad previsional señala que se aumenta el tope imponible, medida que no tiene ninguna relación con las lagunas previsionales.
El superintendente para justificar los altos márgenes de las AFP y su bajo riesgo operacional hace una errada comparación con la AFC, error que se le podría aceptar a cualquiera, menos a él que es el regulador.
La AFC es un mono operador que paga solo una prestación y por un número limitado de veces (3, 5 y 7, según sea el contrato y la tasa de desempleo). Las AFP son 7 y no solo pagan pensiones vitalicias sino también -por ineficiencia del Estado- están pagando hasta las pensiones alimenticias; el solo número de tipos de certificados que emiten las AFP, incluyendo los tributarios, cuadruplican los emitidos por las AFC.
El número de entidades que financian las AFP (Comisiones Médicas regionales, central, Consejo Médico de Enfermo Terminal, Consejo de Apelación, Comisión Clasificadora de Riesgos, SCOMP, Head Hunters para selección de directorios) versus la Bolsa Nacional de Empleo de la AFC. Así se podrían mencionar muchas más diferencias.
Tal como lo manifestaron algunos senadores que, en esta oportunidad, la exposición sea pausada y con sustento técnico y no sea la autoridad la que cometa los errores técnicos, puesto que es la primera responsable en que tengamos una reforma de pensiones que efectivamente nos entregue mejores pensiones sustentables en el tiempo.
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