Marzo 13, 2023

Año 2023: No termina hasta que termina. Por Felipe Jaque

Economista Jefe Grupo Security

Todo comienza a moverse en sentido contrario al que estábamos viendo: el mundo busca refugio, se caen las tasas en EE. UU., se fortalece el dólar, los commodities caen, y todo se nubla. Precisamente cuando la mayoría de los analistas nos entusiasmábamos con mejores cifras, tal parece que hay que poner algo de paños fríos hasta ver cuánto escala el problema.


Los economistas y analistas en general llevamos una buena cantidad de tiempo errando de manera más amplia que lo habitual en las proyecciones económicas y financieras. Han sido duros los golpes a la convicción con la que se arman los escenarios para discusiones de presupuestos, tanto a nivel de las empresas como del Gobierno. Los hogares tampoco han escapado a este contexto económico más enredado.

A pesar de estos duros antecedentes, en las últimas semanas se reanimaron las discusiones sobre quién tiene la razón sobre lo que ocurrirá el 2023, a pesar de que los niveles de convicción debieran seguir “bajo observación”.

Es cierto que el ambiente se ha movido rápidamente hacia mayor crecimiento global, aunque con un escenario de inflación más complejo de lo esperado a la fecha y, como resultado, bancos centrales elevando el tono sobre los niveles de tasas de interés que aplicarían este año, sugiriendo que la batalla está lejos de terminar. Si bien todo esto genera una sensación de buenas noticias para la economía local, nuevamente el panorama se complica para los analistas y para quien se dedique a tratar de predecir hacia donde vamos en 2023. El 2022 cerró mejor de lo esperado, el 2023 partió con buen pie, pero esto solo comienza. Si bien las proyecciones económicas y financieras siempre son complejas, con la experiencia de los últimos dos años -particularmente difíciles para este oficio- se recomienda mayor cautela, aunque parezca obvio decirlo.

Y cuando todos pensábamos que se iban despejando algunas dudas sobre la ruta que seguiría la economía real, las tasas de interés, las bolsas y el tipo de cambio (sensación que siempre tiene corta duración y un fin más bien amargo), cae un banco en EE. UU. y, mientras escribo esta columna, los reguladores aún no deciden qué hacer con los depositantes desprotegidos y surgen el listado de clásicas preguntas: ¿de qué tamaño es el banco?, ¿quién sufre con su caída?, ¿tendrá ramificaciones al resto del mercado? Como estamos hablando de un shock en EE. UU., los efectos serán muy relevantes para sus mercados, pero también para el resto del mundo que es gobernado por las condiciones de acceso a liquidez y crédito a nivel global. Usualmente, las repercusiones van más allá de los impactos obvios.

Así, todo comienza a moverse en sentido contrario al que estábamos viendo: el mundo busca refugio, se caen las tasas en EE. UU., se fortalece el dólar, los commodities caen, y todo se nubla. Precisamente cuando la mayoría de los analistas nos entusiasmábamos con mejores cifras, tal parece que hay que poner algo de paños fríos hasta ver cuánto escala el problema. En suma, esto no termina hasta que termina y el 2023 recién comienza (qué decir del 2024).

A nivel local las cosas no son muy distintas. Extensas reuniones, ajustes de último minuto y otras sorpresas nos recuerdan que seguimos con un escenario extremadamente abierto. Algunos pensarán que para bien, otros para mal. Lo que está claro es que los niveles de incertidumbre continúan altos y, si bien las decisiones de más largo plazo no debieran marearse con peleas coyunturales, hay bastantes temas estructurales en juego que hacen más lenta la toma de decisiones. Piense en las empresas, pero también en el Gobierno y su agenda de políticas públicas.

Entonces, parece más válido que nunca esperar lo mejor y prepararse para lo peor. Esto debería aplicar para las personas, las empresas y el Gobierno, tanto para decisiones de inversión como de consumo. Se debe valorar seriamente la diversificación, medir bien los riesgos, incorporarlos en las decisiones de corto y mediano plazo y ser conservadores. No estaría de más analizar escenarios alternativos, tener un plan B, dado que muchas veces nada resulta como se espera. Y como las agendas de los gobiernos son de lo más relevante para las decisiones de todos los sectores, esto toma mayor peso, y no queda más que recordar que todo no termina hasta que termina.

Publicaciones relacionadas

Socia Tax & Legal de KPMG en Chile

Marzo 6, 2024

Discusión tributaria: nuevas dudas y preocupaciones. Por Javiera Suazo

La socia de KPMG en Chile asegura que preocupa que recién cuando el alza impositiva a las ganancias de capital en instrumentos bursátiles lleva recién casi un año y medio se anuncie una nueva alza.

Con Catalina Edwards

Marzo 6, 2024

Investing [E79] – María Carolina Grünwald: Reforma Tributaria y mercado de capitales

En un nuevo podcast After Office: Investing, Catalina Edwards conversa con la economista María Carolina Grünwald, client portfolio manager de MBI Inversiones, para abordar la propuesta del Gobierno que busca reducir (o eliminar) siete exenciones tributarias y sus implicancias en el mercado de capitales.

Economista Jefe del Grupo Security

Marzo 5, 2024

De peso pluma a peso pesado. Por Felipe Jaque

Desde fines de junio del año pasado, cuando comienza a tomar fuerza el ciclo de recorte de tasa de política monetaria en Chile, el peso ha acumulado una depreciación de 20% versus movimientos muchísimo más acotados en el resto de las monedas de América Latina.

Periodista y conductora de After Office en Ex-Ante

Marzo 4, 2024

Una semana cargada de señales económicas: Desde Estados Unidos, China y Chile. Por Catalina Edwards

En Chile estaremos atentos al IPC de febrero. Según la Encuesta de Operadores Financieros, la inflación del segundo mes de este año anotaría un aumento de 0,1%, lejos del sorpresivo 0,7% de enero. También nos preparamos para el inicio del trabajo del Congreso, el que comenzará a ver las reformas claves del Gobierno: Tributaria y […]

Economista senior de Coopeuch

Marzo 4, 2024

La importancia de recomponer el ahorro fiscal. Por Nicolás García

Canva.

Resulta fundamental retomar una senda de consolidación fiscal que nos permita recuperar la capacidad de ahorro. Por un lado, si continuamos con esta posición deficitaria, la deuda pública seguirá creciendo a un ritmo que se podría acercar peligrosamente a su nivel prudente de 45% del PIB en un futuro no tan lejano y, por otro, […]